Maykel Romero: la misión del organizador.

Por José Raúl Castillo Arguelles.
Foto: Cubahora.

La misión de un defensa organizador en el baloncesto consiste, como ya lo anticipa su denominación, en organizar jugadas, en dirigir el juego de su equipo a la ofensiva, en hacerles llegar el balón a sus compañeros- en la mejor posición posible- para poder anotar. Entre las cualidades necesarias para desempeñarse con eficiencia en este rol se encuentran un excelente manejo del balón, precisión en los pases, visión de juego y rápidez en la cancha.

El santiaguero Maykel Romero es el defensa organizador o jugador base-como también se le denomina- de la selección de baloncesto que representa los colores de nuestra provincia en el presente Torneo de Ascenso.

Una revisión de las estadísticas que aparecen en la página web del evento nos permitió advertir que hasta el momento ningún otro jugador de esta posición ha logrado aventajar al indómito en el importante renglon de las asistencias con un total de 74- en un total de 10 juegos en que ha participado- para un promedio de 7.40 por encuentro. El líder en la Zona Central es el base avileño Michael Guerra que acumula 44 en 12 juegos, para una media de 3,67 por partido. Por su parte el la Zona Occidental domina este acápite Santiago Peñalver, distribuidor de Metropolitanos, que ha conseguido 42 en 12 participaciones y promedio de 3.50 por encuentro.

No puede concluirse, sin embargo, que este único índice certifica el cumplimiento cabal de las funciones encomendadas a un defensa organizador; ya les anticipé que las habilidades en el manejo del balón son un requerimiento indispensable para cualquier jugador base.

El análisis de la valiosa información estadística también nos llevó al encuentro de un indicador que, en este caso, desfavorece al santiaguero: el número de balones perdidos. Romero aparece en la segunda casilla de este renglón negativo en la Zona Oriental con 48 perdidas de balón en 10 juegos y media de 4,80 por encuentro.

En contraste Michel Guerra totaliza 36 pérdidas de balón en 12 juegos y promedio de 3 por juego al tiempo que Santiago Peñalver acumula 34 pérdidas en 12 choques y promedio de 2,83 por desafío.

No pretendo, sin embargo, establecer un dictámen sobre quien ha sido hasta este momento el mejor jugador número uno- otra de las denominaciones que recibe- a lo largo de esta versión del evento. Simplemente les quier hacer notar la multiplicidad de aspectos que hay que considerar para llegar a un juicio acertado.

Otras aristas de la eficiencia de un jugador base resultan más difíciles de recoger en perfiles estadísticos, tales la capacidad de saber encontrar la brecha que hace vulnerable a los contrarios, para dirigir el ataque hacia allí, la imaginación para lograr audaces y eficaces combinaciones, la velocidad como factor ofensivo y el espíritu creativo que imponga sobre la cancha.

Mas allá de las anteriores consideraciones es claro que todo jugador alcanza un determinado valor por su contribución específica a la causa de su equipo; Maykel Romero es, en este sentido, una pieza clave en la maquinaria del DT Adonis Navarro, su rendimiento está avalado, además, por ser el cuarto mejor anotador en la selección con 140 puntos encestados, por exhibir la segunda mejor efectividad en los tiros de tres puntos con 35 % ( 31-11 ) y lograr la mejor eficiencia en los tiros libres con 75 % ( 44-33 ), cota que también alcanza Michael Portuondo, pero con mucho menor número de intentos y de encestados ( 8-6 ) así como por su entrega sin límites a la defensa y el ataque.

No podría Santiago de Cuba alcanzar altas metas en este Torneo de Ascenso si el desempeño de los atletas que asumen la importantísima función de defensa organizador queda por debajo del liderazgo que les corresponde.