Beisbol cubano, análisis semanal de las Avispas.

Texto y foto: José R. Castillo Argüelles.

Durante la semana que acaba de finalizar el equipo de Santiago de Cuba enfrentó compromisos bilaterales con los Elefantes del Cienfuegos y los Gallos del Sancti Spíritus y tuvo saldo final de tres victorias y tres derrotas; dicho de otra manera, perdió la sub-serie con el Cienfuegos por 1-2 y ganó por margen de 2-1 frente al Sancti Spíritus.

A pesar de actuar en su propio patio los indómitos no pudieron jugar para más del 50 %, pero es necesario hacer una lectura mesurada de lo ocurrido para llegar a juicios verdaderamente justos.

En primer lugar, tomar en cuenta que las Avispas han tenido que encarar la ausencia de su principal figura del pitcheo (Norge Luís Vera) desde el mismo comienzo de la temporada y ello, nadie lo dude, les ha significado perder al menos tres o cuatro juegos que el estelar diestro habría sumado como triunfos para su equipo; situación a la cual se agregó, en días recientes, la salida de la rotación del veloz Yaumier Sánchez, por algunas molestias musculares.

Hablamos de dos lanzadores ganadores que, entre ambos, - utilizando pronósticos conservadores- podrían haber aumentado el renglón de éxitos en al menos cinco juegos que, sumados hipotéticamente al balance que tiene actualmente el equipo, lo situarían como el segundo más ganador del campeonato, únicamente por detrás- y a corta distancia- del sorprendente Guantánamo.

Está claro que se trata de un ejercicio meramente especulativo, sin embargo, para nadie es un secreto que Santiago de Cuba sigue siendo un equipo de alto rendimiento ofensivo; así lo demuestran contundentemente los dígitos que acumula en estos inicios de temporada: 320 de promedio colectivo, inferior solamente al conseguido por Guantánamo, 331. En el total de bases alcanzadas con sus batazos (SLU) tienen elevadísimo 512, que cede únicamente ante el 519 de Ciego de Ávila. Han empujado hacia la goma con sus batazos a 181 corredores, segunda mejor cota, tras los 194 propulsados por la tribu del Guaso.

Ni hablar, ante los santiagueros, hay que quitarse la gorra cuando de batear se trata.


La defensa ha dado mucho que hablar este año, pero ello se debe –lógicamente- a la inestabilidad en el área del infield, donde han incursionado jugadores que asumen por primera vez esta responsabilidad en el conjunto.

Los números demuestran de manera palmaria que hay un pobre rendimiento en este importante aspecto del juego: promedio colectivo de 967 que resulta el penúltimo entre todos los participantes, sólo queda por debajo Granma con 966; 35 errores acumulan los santiagueros y 40 sus pares granmenses. Algo inusitado en el historial del conjunto, pero que tiene su correspondiente explicación, como expusimos líneas arriba.

A medida que estos jóvenes valores vayan ganado en confianza y madurez la eficiencia irá escalando posiciones, porque -sin género de dudas- se trata de jugadores talentosos que simplemente están pagando el costo de su inexperiencia, en medio de las presiones con que siempre juega un equipo del cual todos esperan lo mejor.

En este punto quiero hacer notar que, a pesar de este magro desempeño defensivo, la mayoría de las derrotas del equipo no guardan relación estricta con la vulnerabilidad de la formación al campo. Una gran cuota de las carreras que ha permitido es limpia y, por lo tanto, es en el castigo al pitcheo donde se han abierto las grietas por las que se han escapado oportunidades de victoria.

Un botón de muestra, aquí lo tienen: en los seis juegos efectuados esta semana el conjunto santiaguero permitió a sus rivales 45 carreras, 42 de las cuales fueron limpias. Luego, más claro, ni el agua. La barrera de contención que ha cedido es el pitcheo, que hoy tiene efectividad colectiva de 4.88, índice que solamente es mejor al de las ¨perlas de la corona¨: Isla de la Juventud, Metropolitanos, Camagüey y Granma, es decir, los equipos que ocupan las posiciones más rezagadas en el campeonato.

Vale contrastar, sin embargo, que hay diferencias notables entre el desempeño de los abridores (3.67) y la actuación de los relevistas (8.01). En la ineficacia de estos últimos estriban en gran medida los problemas que lastran los resultados del equipo.

Comenzando por los de mayor experiencia en el rol de apagafuegos, como son los casos de Félix Rivera y Osmani Tamayo y concluyendo por los de nuevo ingreso, tales los casos de los novatos Yuriannis Ramos, Elisdeilis Núñez, Alejandro Bicet, Ediasbel Valentín- cerró la semana con excelente apertura de siete entradas y dos carreras limpias- y Ángel Luís Márquez; o acaso el más ¨curtido¨ zurdo de Contramaestre Enrique Pérez el denominador común ha sido la inestabilidad. Un día son capaces de preservar ventajas y al siguiente resultan vapuleados por la ofensiva rival.

Necesariamente, el trabajo es la única fórmula para que el rendimiento de estos jóvenes serpentineros mejore y la dirección de equipo lo sabe con exactitud. Por ello les brinda el apoyo técnico, el necesario voto de confianza o acaso la amonestación motivadora de respuestas positivas.

De todos modos resultará imprescindible el rol destinado a la ofensiva, llamada a concederles márgenes que respalden su trabajo y a seguir siendo la locomotora que impulse a los rojinegros hacia la post-temporada -aún distante-. En ese trayecto hay que avanzar y mejorar paulatinamente, de modo que la maquinaria santiaguera pueda dar la batalla que, con justificado optimismo, esperan sus parciales.

Desde el punto de vista individual los hombres más sobresalientes a la ofensiva en la nómina de Antonio Pacheco durante la semana analizada fueron Rolando Meriño que promedió para 444 con 1 cuadrangular, 4 dobles, 8 impulsadas y 4 anotadas; Alexei Bell 437( es líder de los bateadores con 420), 2 jonrones, 4 dobles, 1 triple, 7 impulsadas y 5 anotadas; Héctor Olivera 416, 1 jonrón, 6 dobles-igualó marca de cuatro tubeyes en un juego-, 1 triple, 8 impulsadas y 8 anotadas y Rúden Sánchez 407, 3 dobles, 2 impulsadas y 4 anotadas.

Nótese que en el período analizado Santiago de Cuba apenas contó con los servicios de dos de sus tradicionales pilares en ataque y defensa: Luis M. Nava y Reutilio Hurtado, quienes por leves adversidades de orden físico fueron a la banca.

En el aspecto del pitcheo las mejores actuaciones individuales correspondieron a Osmel Cintra, quien se adjudicó la victoria en el juego inicial ante Cienfuegos con labor completa de siete entradas (el choque terminó por K.O.) y una sola carrera limpia admitida; Danny Betancourt quien se anexó su cuarto éxito en el juego inicial ante Sancti Spíritus con ruta completa cubierta y tres carreras limpias; así como Alaín Delá que sumó su tercera sonrisa al lanzar ocho capítulos ante los Gallos y permitir cuatro limpias, que le bastaron para la celebración.

Por lo pronto el equipo de la ¨tierra caliente¨ marcha en la tercera casilla del Oriente con balance de 17 ganados y 11 perdidos a 6,5 juegos de los escapados guantanameros y ahora tendrá dos rivales frente a los cuales no debe de hacer concesiones, primero de visita a Holguín martes, miércoles y jueves y el fin de semana con Granma en el Mártires de Barbados.




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