¿Libretazo o nuevo homenaje a Ágatha Christie?

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Como es ampliamente conocido Cuba y Nicaragua iniciarán el próximo día 16 un tope beisbolero en tierras pinoleras y ya a estas alturas las autoridades de este deporte en la nación centroamericana han dado a conocer con pelos y señas el director del equipo, el line-up que emplearán en el juego inicial de la confrontación y la rotación de pitcheo; sin embargo, en contraste, un espeso velo de misterio vuelve a enseñorearse en torno a la escogencia cubana.

El pasado domingo el diario Juventud Rebelde publicó que el Director Nacional de Beisbol, Lic. Higinio Vélez Carrión, había anunciado para este lunes una conferencia de prensa para dar a conocer la plantilla de nuestro seleccionado y la noticia, lógicamente, ganó una inmediata y profusa réplica en otros medios de prensa, lo que de conjunto puso en alerta a la afición nacional que esperó impacientemente la fecha para conocer la composición de nuestra escuadra.

Inútil espera, transcurrió todo el lunes y no se dijo una palabra del asunto, ni siquiera se tomaron el trabajo de explicar las razones del aplazamiento o tal vez, si fuera el caso, desmentir el anuncio insertado en Juventud Rebelde.

Nos preguntamos entonces ¿fue un libretazo la noticia sobre la conferencia de prensa?, ¿persiste la malsana vocación por rodear de un halo de misterio asuntos que más bien requieren de inmediata transparencia? ¿cuál es el beneficio que reporta tener en vilo a la afición nacional? ¿fervientes admiradores de la célebre Ágatha Christie han tomado control de las decisiones en la cúpula de nuestro beisbol y convierten cada suceso beisbolero en una trama de misterio? ¿No importa en absoluto el crear falsas expectativas y luego dejar en la cuneta a los millones de seguidores de este deporte en el país?. Si los técnicos no tenían consenso para llegar a definiciones ¿por qué se hizo público el aviso? 

Creo, sinceramente, que actuar así es irrespetuoso. 

Ojalá esta práctica improcedente, de muy vieja data, sea desarraigada definitivamente;  a fin de cuentas estos enigmas artificiales no abonan -en absoluto- en favor de nuestro deporte por excelencia.